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Adiós a un icono de nuestro tiempo

El pasado viernes finalizó la producción de una de las furgonetas más conocidas de Europa: la Volkswagen T2, con la que tengo una vinculación especial por varias razones: es el primer vehículo que conduje por carreteras alemanas en la que fue mi primera visita a este país, se ha producido en Anchieta, fábrica con la que me unen ciertos lazos profesionales y -por si esto fuera poco- siempre me ha atraido su estética de carácter práctico y líneas sencillas.
El modelo Combi de los años 50

Lo curioso del caso es que esta larga historia de seis décadas nace por una casualidad: Ben Pon, importador holandés de la marca, dibuja un sencillísimo boceto de formas cuadradas de lo que él piensa que podría ser un vehículo de reparto en una visita a la fábrica de Volfswurg en 1947. Esta idea permanece olvidada hasta que un año después, el nuevo director de Volkswagen, Heinrich Nordhoff, la rescata. 

Aquí no acaban los problemas, ya que al hacer los primeros prototipos, las pruebas de esta "caja de zapatos" en el túnel de viento resultan desastrosas. Aquí es donde surge el frente redondeado característico y que tanto encanto proporcionó al modelo.

La T2, también conocida como Combi, nace así como vehículo utilitario en 1950, transformándose una  década después en icono de la cultura hippy y, años más tarde en símbolo de la juventud y el surf. Paradójicamente, la T2 vuelve en sus últimos años a ser el vehículo utilitario de sus orígenes, produciéndose en la fábrica de Anchieta, Brasil que, curiosamente,es la primera de las muchas plantas que el grupo VW construyó fuera de Alemania. 


Versión de Combi fabricada hasta la pasada semana

Aprovecho esta fecha, amigo lector, para desearte una Feliz Navidad.

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