Ayer, por razones que no vienen al caso, tuve que hacer uso del servicio de asistencia en carretera de MAPFRE , compañía de la que soy cliente hace años. No es la primera vez que hago uso de él y debo decir que la respuesta fue más que aceptable. Me sorprendió, una vez más, la buena organización del servicio y el altísimo grado de capilaridad de su parque móvil, formado por centenares de grúas que operan bajo su marca dotadas de un sistema portátil de localización y comunicación de datos que se intuye bastante efectivo. Todo un ejemplo de organización logística. No puedo decir que me gustara quedarme tirado en la carretera en algún lugar de la provincia de Guadalajara y de noche -máxime tratándose de mi primer día de vacaciones y con una buena ración de equipaje en el maletero- pero tampoco me desagrada tener que improvisar de vez en cuando. Emeterio Martín, mi abuelo, una persona extraordinaria que murió con la cabeza y el cuerpo razonablemente bien amueblados poco antes de cumplir 10...